Por Alejandro Chacón
La virgen de agosto / España / 125 min.
Director: Jonás Trueba
Reparto: Itsaso Arana, Vito Sanz, Isabelle Stoffel, Joe Manjón…
VALORACIÓN: 10/10
Lo que acaba transformando en una experiencia sumamente especial al nuevo largometraje de Jonás Trueba no sólo compete a lo estrictamente cinematográfico sino también a un factor circunstancial derivado de esta pandemia que asola el planeta: un retrato cuasi utópico e idealista de un Madrid inmerso en un agosto de chulapos y verbenas…
Un Madrid de ensueño que bien podría erigirse como distopía inaudita en la cual se hace tangible el periodo canicular y donde cada fotograma queda impregnado con una belleza y serenidad inconmensurables.
Trueba consigue llenar la capital a base de encuentros fortuitos, azares platónicos y lluvias de perseidas mientras envuelve al espectador en una suerte de catarsis del buenrrollismo sólo apta para espíritus libres y puros… ¡absténganse cínicos, por favor!
Lo estival hecho festival. Así pretende llevar el realizador a sus personajes (en concreto a la indescifrable -y portentosa- Itsaso Arana), sus decisiones, caminos y destinos hasta concluir en ese punto gloriosamente ciego que es la búsqueda de la felicidad.
Todo esto, además, está contextualizado, filmado y retratado con un buen gusto, una sensibilidad y una narrativa tan exquisita que hipnotiza.
Trueba ha convertido este tierno verano de lujurias y terracitas en un tributo inconfeso al Rohmer de Cuento de Verano o a la Coppola de Lost in Translation, pero con una identidad propia. Con silencios tan elocuentes que resultan ensordecedores, con multitud de secuencias donde no pasa nada y pasa todo…celuloide virginal que traspasa la pantalla para anidar en el alma, la memoria y el corazón.
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