Por Ana S. Diéguez
El joven chef autodidacta, Gabriel Suárez, triunfa con este novedoso concepto y ya se plantea abrir próximamente un segundo local
Emprendedor, entusiasta y apasionado
El joven venezolano Gabriel Suárez jamás pensó que su pequeño proyecto en el complicado ámbito de la hostelería fuera a tener una acogida de tal calibre. Con una lista de espera de más de seis meses.
Su restaurante Santoku está últimamente en boca de todos
Un diminuto local, posiblemente el restaurante más pequeño de Madrid, nos recibe con su única mesa con capacidad para ocho comensales.
Una parada obligada para los amantes de la cocina nipona
¡Eso sí! Deberán armarse de paciencia para visitar Santoku ya que la lista de espera es larguísima y continúa creciendo.
El secreto de su éxito radica en ofrecernos una inolvidable experiencia por el módico precio de 35€
Un menú cerrado que consta de seis pases que cambian cada cuatro meses, para que podamos volver y probar nuevas y deliciosas elaboraciones.
Su nombre, Santoku, hace un guiño a ese conocido cuchillo japonés caracterizado por su versatilidad
Una solemne declaración de intenciones que nos adentra en una sorprendente experiencia que traspasa los límites de lo puramente gastronómico. Gabriel confiesa que en Santoku confluyen gastronomía y espectáculo para que sus clientes vivan en cada visita una experiencia que deja huella.
Curiosamente, este joven emprendedor de origen venezolano es vegetariano y jamás prueba los deliciosos bocados que elabora
No obstante, sus estudios de sociología le ayudan a leer en los rostros de la gente su grado de satisfacción para así poder confeccionar un exquisito menú degustación de esencia nipona que conquista a todo aquel que lo prueba.
Nuestro menú en Santoku
Arranca con un llamativo temaki de atún que es un verdadero espectáculo. Una maravillosa explosión de sabor en boca que dio paso a una divertida y deliciosa gyoza de cocido madrileño que fusiona equilibradamente la cocina nipona con la española.
Continuamos con un original roll de anguila con hígado de pato y salmón
Es una verdadera delicia. De sabor suave y sutil nos llevó directos a un riquísimo bao de salmón que hay que comer con las manos para disfrutar plenamente de todos sus matices. Una receta sublime, que disfrutamos de principio a fin.
Su famosa anguila kabayaki caramelizada con azúcar de caña
Una receta ganadora que nos enamoró el paladar nada más probarla. Elegante, delicada y deliciosa, nos condujo al último pase que sustituye al dulce momento del postre.
Porque en Santoku no sirven postres ni café. ¡Ni falta que hace!
Precisamente por este motivo, el ultimo bocado incluye matices dulzones para despedirnos de la mejor manera posible de esta inolvidable velada en el restaurante más pequeño de Madrid.
Terminamos la visita con un riquísimo nigiri de salmón con fresa caramelizada
Se convirtió en el dulce final perfecto con el que nos despedimos del bonito proyecto de Gabriel Suárez.
Un restaurante que, a pesar de su larguísima lista de espera, merece mucho la alegría visitar
SANTOKU
Dirección: Calle de Lope de Rueda, 6,
28009 Madrid
Reservas: san-toku.es
Web: https://www.san-toku.es/
Ticket Medio: 35€
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