Mazarino vuelve a la carga. Con su esperada reapertura, este maravilloso restaurante de corte clásico que hace gala de una fantástica propuesta gastronómica de corte tradicional, nos vuelve a seducir con un encantador espacio caracterizado por su elegancia y sofisticación.
Con aire de pub inglés, en Mazarino encontramos un coqueto local sumamente acogedor que cuenta con un servicio atento y profesional que siempre nos hacen sentir como en casa. El lugar ideal para desconectar, olvidar las prisas y el estrés, y para sencillamente disfrutar.
Un restaurante como los de antaño, íntimo y entrañable, que cuenta con una cocina que abre de forma ininterrumpida para que podamos disfrutarlo en cualquier momento del día. Desayunos, aperitivos, meriendas o cenas. En Mazarino cada momento es especial, y por eso son famosos por sus abundantes aperitivos, cortesía de la casa, durante todo el día. Patatas fritas y aceitunas se complementan con embutidos ibéricos, quesos y aperitivos calientes, que sus amables camareros pasan por las mesas, siempre con una gran sonrisa que ayuda a que el disfrute vaya in crescendo.

En su carta encontramos fabulosas recetas de corte clásico elaboradas con las mejores materias primas y grandes dosis de cariño. Apetecibles bocados para todos los gustos que nunca defraudan.
En esta ocasión empezamos disfrutando de unas maravillosas gildas de una calidad suprema que nos condujeron al espectacular tomate OX que sirven pelado y aderezado con finas hierbas y aove. Un producto de primera. Un tomate que sabe a tomate, algo que en la actualidad no es fácil de encontrar.
Continuamos con una rica merluza de pincho con una guarnición de tomate al natural que dio paso a un maravilloso solomillo con patatas fritas caseras. Tierno y sabroso, nos conquistó desde el primer bocado.
De postre probamos el crumble de manzana cuya textura nos recordó más bien a una compota. Suave y ligero, lo acompañan de una agradable nata chantilly que le aporta un acertado toque dulzón.
Mazarino, la máxima expresión del buen gusto. Un encantador restaurante como los de antes, donde los pequeños detalles cobran un protagonismo indiscutible para garantizar siempre el pleno disfrute del comensal. Un viaje en el tiempo nos aguarda con cada bocado. ¿Dónde? En Mazarino, of course.
Ana S. Diéguez
Dirección: C/ Eduardo Dato 13, Madrid
www.mazarinobar.com
Precio Medio: 35€
Menú del día: 25€
Deja una respuesta