Dos palabras que se han convertido en enfermedades comunes y que se siguen manejando como debilidad humana.
Pensar en el pasado nos genera depresión, pensar en el futuro ansiedad, es la primera gran diferencia de estas enfermedades que como en su momento lo fue el estrés se han convertido en parte del temario de conversación entre jóvenes y adultos. Hay que llamaras por lo que son enfermedades y en este caso adjunto el calificativo de silenciosas, pues son así porque no muestras dolores causados por alguna lesión física, fiebre por alguna virosis, entre otros síntomas “visibles” de otro tipo de enfermedad.
Lo preocupante de estas enfermedades silenciosas es que en la actualidad se siguen tomando como una “debilidad humana”, lo cual hace que, muchas personas que las padecen no lo expresen, no busquen ayuda profesional, de aquí consecuencias como suicidios, introversión y daño en las relaciones humanas. La primera invitación que nos hace Leonor González de Rivera nuestra psicóloga asesora en este artículo es: Normalizar estas condiciones con las personas de mayor confianza para obtener apoyo cercano en el momento que se presenten estas enfermedades y recurrir a la asesoría profesional correcta, pues existen terapias que podemos usar en el momento preciso y así evitamos llegar a límites inimaginables.
¿Qué síntomas tienen la ansiedad y la depresión?
La sintomatología de estas enfermedades en ocasiones es similar, sin embargo, cada persona las exterioriza de una forma diferente, existe un “común denomiador” que es el llanto y es por este síntoma que muchos ejemplifican que la ansiedad y la depresión son más una muestra de debilidad del ser. No están muy lejos del concepto ya que sí nos volvemos más vulnerables en esos momentos, pero eso no nos convierte en débiles, sino en personas con una debilidad momentánea a causa de una enfermedad.
TIPS para afrontar estos cuadros de Ansiedad o Depresión
La psicóloga Leonor González nos recomienda realizar actividades como la meditación, indica que al inicio del proceso de aprender a meditar se puede tener ayuda en aplicaciones dedicadas a este fin, sin embargo resalta que, es importante llegar al punto de meditación sin ayudas externas.
Atención en algo que no tiene una meta u objetivo, recomienda tomar un momento al sentir el detonante de la ansiedad particularmente y realizar una actividad que no tenga un objetivo o finalidad, por ejemplo: concentrar tu atención en las olas del mar, en ver aves, en ver la naturaleza, entre otras actividades que son una gran ayuda para desconectar del momento y llevar calma a la mente.
No darle prioridad a los pensamientos que han detonado nuestra ansiedad o depresión, entre más volvamos a esos detonantes menos vamos a solucionar y acentuamos estas condiciones, la recomendación es dejar estos pensamientos en una baja prioridad en tanto sean identificados como los causantes de la ansiedad o depresión.
Escribir para desahogar, es un clásico de las terapias pero sigue siendo uno de los mejores aliados para liberar todo aquello que nos afecta en ese momento.
Respirar para generar bienestar, es necesario dar un paso al lado de tu realidad e ir a respirar. La respiración no sólo oxigena tu cuerpo, sino que le lleva nuevas sensaciones al cerebro ayudándole a desconectar del momento y ayuda a devolver la tranquilidad y el bienestar.
Crea recuerdos nuevos y alimenta las hormonas del bienestar, visitar un lugar nuevo, disfrutar del descubrir hará que tu cerebro tenga en su banco de recuerdos positivos más momentos que te ayudarán en una crisis de depresión o ansiedad.
Evita en lo posible dormir menos de 6 horas por día, cenas pesadas, licor, cafeína y otras sustancias no saludables para el cerebro.
Drena con tu cuerpo, siempre es recomendable realizar rutinariamente una actividad física para reforzar tu confianza, crear nuevas emociones y ser más sociable.
El bienestar se genera desde nuestro interior y contar con apoyo de familiares, amigos y un profesional nos dará nuestro lugar como ganadores en la batalla contra estas enfermedades.
Agradecemos la colaboración de la Psicóloga Leonor González de Rivera
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